jueves, 7 de mayo de 2015

Entrevista a Gràcia Jimenez Tirado

Abril, 2015


Gràcia es una suerte que uno se encuentra en la profesión docente. Se combinan en ella lucidez y experiencia a partes iguales, grandes las dos. Vamos a ver un aperitivo de su trayectoria y opiniones.


Hola, Gràcia. ¿Cómo estás?
Hola Juan. Bien, disfrutando de los primeros días de primavera y de las vacaciones de pascua.


Para empezar, ¿podrías realizar una presentación mediante un resumen de tu carrera académica y profesional?
No será fácil, ¡llevo muchos años trabajando! Allá vamos:
Estudié Historia Contemporánea en la universidad de Valencia. Cuando terminé la carrera no hubo oposiciones para BUP, así que hice las oposiciones de EGB, por la especialidad de Ciencias Sociales. En septiembre de 1980 comencé a trabajar con párvulos, más tarde con primero de EGB y acabé dando clases a adultos –EPA- en Elche, donde permanecí varios años.
Las clases eran entre las cuatro y las once de la noche y por nuestras aulas pasaban jóvenes y adultos que venían a estudiar después de largas jornadas en las fábricas de calzado. Fui directora del centro de EPA Mercè Rodoreda durante cinco cursos. En esa etapa obtuvimos el primer premio de proyectos innovadores para Educación de Adultos del Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) con el trabajo “Escuela de Adultos: Escuela Abierta”, que planteaba una organización curricular abierta. El curso 85/86 estuve en comisión de servicios desarrollando la red provincial de educación de adultos.
A finales de 1986 accedí a la función inspectora, convencida de poder trabajar mejor por la EPA. Pero una vez en la inspección, para mi sorpresa, me destinaron a centros públicos de EGB. Así comencé una nueva etapa profesional: fui inspectora en diferentes comarcas de la provincia de Alicante y en la ciudad (sin duda la plaza más complicada). Fueron años de muchísimo trabajo: renovación de centros y plantillas, integración de alumnado de educación especial, generalización de la enseñanza del valenciano, primeros programas de inmersión lingüística, implantación de la LOGSE… Los debates pedagógicos eran muy intensos y tenían un trasfondo político muy potente, ya que con la ley de educación se debatía el modelo social futuro.
Pero en aplicación de una sentencia condenatoria contra la Consellería de Educación, por un defecto de forma en la convocatoria, toda mi promoción es cesada por el primer gobierno valenciano del PP y retorno a la docencia directa en enero de 1996.
Después de sostener un largo contencioso, el TSJ Valenciano obligaría a la administración a indemnizarme por el daño moral provocado por el cese, aunque no a devolverme el puesto de trabajo. Y, francamente, me alegro pues el cuerpo de inspección está muy sometido a la dirección política del gobierno valenciano, vaciado de su carácter técnico.
En mi segunda etapa de docencia directa volví unos meses a la EPA de Elche, aunque sin recuperar mi plaza. Luego trabajé como provisional y más tarde con plaza definitiva en educación primaria. Fui jefa de estudios y directora del CEIP Miguel Hernández de San Vicente hasta que en 2001 soy adscrita al departamento de Geografía e Historia del IES San Vicente. En 2003 apruebo la oposición para cambiar al cuerpo de secundaria. Y allí sigo.
He sido profesora asociada al departamento de Didáctica General de la facultad de Educación de la Universidad de Alicante, dando clases de Gestión e Innovación y de Diseño de Procesos Educativos. Fue una experiencia muy interesante, pero con los recortes en educación, al aumentar la carga docente del instituto y de la universidad, consideré que quedaría muy mermada mi calidad de vida así que, lamentándolo mucho, renuncié al trabajo en la universidad.


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Gràcia Jiménez
Trobada de centres de secundària, 2012


¿Por qué elegiste estudiar Historia?
Supongo que cuando hice mi elección, en los últimos años del franquismo, creía firmemente en la capacidad de la Historia para cambiar el mundo. El materialismo histórico era seguido por el mejor y más entusiasta profesorado y supongo que me sentí parte del movimiento. Por otro lado, aunque yo estudiaba el bachillerato de ciencias, me atraía mucho más la complejidad de las ciencias sociales, la necesidad que tiene la Historia de la interdisciplinariedad para tener una dimensión científica… y su nexo con la Filosofía.


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A menudo escucho entre los alumnos la expresión “esto (la historia) es todo mentira”. ¿Crees que ese rechazo tiene componentes estéticos, funcionales, de conflicto generacional...?
Es curioso, yo no he oído ese tipo de cosas. Pero si algunos alumnos hacen esas afirmaciones supongo que parten del desconocimiento. El desarrollo curricular de la asignatura es muy mejorable, aunque los libros de texto, por lo general, son bastante aceptables. Por otro lado quizá los profesores no sabemos traer al presente, emocionar a los alumnos, dar trascendencia a los temas que tratamos…
No vivimos buenos tiempos y el ambiente de engaño que genera la corrupción y la falta de ética de las clases dirigentes también dañan el sentido de la memoria histórica. Esto nos exige un sobreesfuerzo respecto a otras asignaturas como el inglés o las matemáticas.


De toda la variedad de edades que has tratado en las aulas, ¿cuál es la edad más difícil? ¿A qué crees que se debe?
No hay edad difícil, ni fácil… Quiero decir que lo que hay son personas y circunstancias con mayores o menores dificultades. Creo que hay que entender dónde y con quien estás trabajando, analizar lo que te rodea y adaptar las clases para que tus alumnos obtengan el máximo rendimiento individual y colectivo posible.
He disfrutado y sufrido en todas las etapas. Debe ser una cuestión de talante o de cómo me planteo yo la docencia. Pero si me preguntas qué alumnos te quieren más, te dan más, lo tengo claro: los más pequeños de entre cuatro a ocho años y los más mayores, los adultos que acuden a alfabetizarse.


¿Son los primeros cursos de la ESO los más complicados de tratar? ¿Son los profesores menos expertos los que se suelen encargar de esos cursos?
Sí a la primera pregunta y sí a la segunda. El cambio personal que están viviendo los alumnos de estos cursos es enorme; están pasando de ser niños protegidos, en el colegio y en casa, a jóvenes que deben comenzar a tomar autónomamente decisiones en muchos terrenos de la vida (estudio, amigos, orientación sexual, relación con el entorno…) De repente muchos padres dejan de llevarlos de la mano y los profesores van desfilando con sus grandezas y sus miserias cada 50 minutos por las aulas, muchos de ellos sin apenas coordinar su trabajo.
Y siendo el ciclo más complejo, donde deberíamos tomar contacto con ellos, con sus conocimientos, inquietudes, problemas… resulta que suele quedar en manos de los profesores más jóvenes, con ratios insoportables, con un nivel bajo cero de aceptación del orden, con hábitos de trabajo dispares, etc. ¡Sin embargo, el criterio normativo de adscripción del profesorado en institutos es exclusivamente la antigüedad en el cuerpo!
Claro que los equipos directivos podrían hacer un mayor esfuerzo para constituir equipos de profesores que trabajasen en mejores condiciones éste ciclo. Pero eso, creo, daría de sí para un libro completo.


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Poco después de recibir el premio "Compromís pel territori" en 2011, otorgado por el Bloc de la comarca de l'Alacantí


¿Podrías contar tu entrada en Escola Valenciana?
En 1987 un grupo de padres y madres de alumnado de EGB crea L’Associació Cívica per la Normalització del Valencià a l’Alacantí, la Cívica, con la intención de trabajar por la creación de centros de enseñanza en valenciano y por el uso social de la lengua, que ya entonces estaba muy deteriorado en esta comarca. Yo acudí a la reunión fundacional y desde entonces soy activista. Durante tres años fui su presidenta y actualmente formo parte de la junta directiva. La Cívica es una de las muchas asociaciones que conforman la Federació Escola Valenciana.
Me siento muy orgullosa del trabajo de la Cívica y de Escola Valenciana, un trabajo de mucha gente, de muchos años, que ha intentado cubrir los vacíos que la Generalitat Valenciana ha ido creando en campos como la educación, la música, la literatura, la comunicación… en la lengua propia valenciana. La cuestión es actuar (organizando Trobades, Cinema en valencià, Tàndems lingüístics, conciertos de La Gira, presentación de autores, jornadas de debate y congresos sobre enseñanza y sociedad…) o contemplar cómo una cultura y una lengua milenarias se extinguen ante la impasibilidad de quienes deberían, por mandato constitucional, defenderlas y promoverlas.


¿Cuál es el estado de la lengua valenciana en la enseñanza actualmente? ¿Sigue vigente la cuestión català/valencià?
Es difícil responder. La actuación de las diversas administraciones ha sido tibia si no directamente contraria a la revalorización educativa y social de la lengua, lo que ha dejado en manos de maestros y familias el trabajo (con pocos medios y menor reconocimiento), y ha abierto espacios demasiado amplios para la incomprensión entre la población. Prueba de ello es lo que tú llamas cuestión català-valencià, a mi entender una polémica ficticia que alimentaba la deserción y debilitaba aún más el uso de la lengua. El fenómeno del autoodio, muy analizado por la sociolingüística, ha causado estragos entre muchos valencianoparlantes que, considerando su propia lengua de escaso valor, deciden interrumpir la transmisión generacional. Este ocurre en las áreas urbanas a principios del siglo XX y no ha dejado de crecer, lamentablemente, en todo el territorio. Quizá los más jóvenes, educados sin estos prejuicios, recuperen lo que sus padres y abuelos han despreciado… pero el daño ha sido enorme y deberemos aprender a convivir en el respeto dos comunidades lingüísticas de muy desigual envergadura.
En cuanto a la cuestión del nombre, hace muchos años que filólogos, maestros, asociaciones de padres y madres… no caen en esta estéril discusión. Se utilizan las Normas de Castelló que se han impuesto en todos los ámbitos educativos y sociales y las autoridades académicas lo han dejado bien claro: hablamos una sola lengua con diferentes registros, como ocurre con todas las lenguas (¿son el sevillano o el canario idiomas diferentes al castellano?)
Por otro lado hay grandes diferencias en el uso educativo según comarcas, según tipos de centros, y entre áreas urbanas y comarcales. Suele decirse que el estado de la lengua es mejor cuanto más al norte. Pero yo no estaría tan segura. Hay comarcas como la Marina Alta, l’Alcoià-Comptat, la Costera o la Safor, por poner algunos ejemplos, donde la lengua goza de bastante buena salud. Creo que tiene que ver más con su relativo aislamiento secular, con la escasa llegada de inmigración castellanoparlante durante los años 60 y 70, con que sus grupos dirigentes fueran autóctonos y con el hecho de que, en la actualidad, existan grupos de profesionales, no sólo de la educación, orgullosos de sus raíces y dispuestos a dignificar la lengua usándola de manera habitual, normal, en su día a día.


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Dirigiendo la mesa redonda "Parer i paper dels pares sobre l'educació plurilingüe" en la VI Setmana de l'Educació Plurilingüe que organizó la UEM de la Universitat d'Alacant en abril de este año 2015


¿Cómo fueron tus años en la Inspección? ¿Qué cosas se aprenden de inspectora que no se aprenden de profesora?
Yo fui inspectora muy joven, tenía una visión bastante ingenua de la administración educativa, así que lo primero que hice fue observar a mis colegas más expertos y aprender de ellos. Así aprendí que mi posición como inspectora debía ser técnicamente impecable, para lo cual se requería mucho estudio, personalmente objetiva y políticamente distante de los cargos políticos que nos dirigían. Por mi parte también me impuse la idea de que siempre actuaría a favor del menor, y eso me ayudaba muchísimo.
La estructura de la inspección es muy jerárquica, así que mi trabajo se veía beneficiado o perjudicado según la sensatez o no de los diferentes coordinadores de equipo, jefes de inspección y directores territoriales. Por lo tanto, hubo buenos momentos y otros no tan buenos… Se aprende pronto que hay personas generosas y otras que no lo son, y que en el sistema educativo se necesita gente dispuesta a trabajar mucho, en cualquier ámbito (el aula, la dirección, los comedores…)
Aprendí a respetar diferentes formas de entender la educación entre el profesorado, padres y madres, responsables municipales, políticos y técnicos, con los que se establecían equipos de trabajo claves en temas como la escolarización, la integración o el mantenimiento de centros. Pero las tareas organizativas, ingentes en aquellos años, me restaron tiempo para apoyar mejor algunos proyectos pedagógicos innovadores. Quizá, a diferencia de quien no ha tenido cargos directivos o no ha estado en la inspección, comprendo mejor la dimensión y complejidad del sistema, y veo con ojos más críticos las carencias que podrían subsanarse, a veces, sólo con más ganas e imaginación.


Coordinas un programa de radio, Radioactivitat, que realizas con los alumnos. Cuéntanos cómo nació la idea y en qué consiste.
La idea se gestó hace varios años para incentivar proyectos de trabajo que se expondrían en Galena Radio, una emisora local ya desaparecida. El trabajo fue muy fructífero y cuando se creó la emisora municipal, les propuse hacer el programa y ahí empezamos. Exceptuando dos cursos, en que por razones técnicas no teníamos cabida, llevamos seis años haciendo radio.
El programa lo hacen totalmente los alumnos que deciden participar, y se estructura en una serie de secciones (entrevistas, música, deporte, política, videojuegos, ciencia, humor…) que pueden variar según el caso. Es un programa fresco, divertido, con una estructura de magacín. Algunos profesores preparan pequeños proyectos de trabajo que completan algunas secciones.


Gràcia: ¿de dónde eres? ¿Es el valenciano tu lengua materna?
Yo nací en Asturias, de padre asturiano. Pero mi madre es valencianoparlante, de Castelló de la Plana, y vine a vivir a Sant Joan d’Alacant a los cuatro años. Por tanto, soy bilingüe aunque por una cuestión de principios, siempre utilizo en ámbitos públicos la lengua más desfavorecida, el valenciano.


Sobre la literatura, ¿de qué tratan tus obras? ¿A qué público van dirigidas?
Exceptuando un libro infantil, escribo para un público adulto. Tengo publicada una novela en forma de dietario de carácter realista y algún relato un poco más imaginativo. En cuanto a los poemarios, no sabría decirte, pero quizá hago una poesía de la experiencia con bastantes elementos simbólicos.


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En la Fnac de Alicante, con los poetas Lluís Alpera, Emili Rodríguez Bernabeu y Victòria Cremades, presentando el libro "Poetes del Sud", antología que Gràcia coordinó junto con el escritor Josep Lluís Rico (a su izquierda)


Si te encontraras contigo misma antes de publicar tu primera obra (Llar de seda, con Jesús Moncho), ¿qué consejo te darías? ¿Qué consejo le darías a una persona que empieza en la literatura?
A mí misma me diría que no hay que conformarse con poco cuando se puede lograr más y que la literatura es vida y reflexión y que por tanto no se debe tener miedo a vivir.
Como consejo a alguien que empieza a escribir, le diría que lea mucho y que busque buenos maestros, que sean críticos y respetuosos y, especialmente, generosos como para darles parte de su tiempo para ayudarles a crecer.


¿Qué crees que le hace falta a esta profesión como revulsivo?
A los docentes nos hace falta reconocimiento social, sí, pero creo que una gran parte de él viene de la mano de una mejor profesionalización. Y me parece que nadie se está ocupando de evaluar – en serio- nuestro trabajo ni de darnos apoyo para hacer las cosas mejor, ni de poner en su lugar a los profesionales que no cumplen con sus obligaciones.


Me gustaría preguntarte por la manera en que tratas los temas de género en tu actividad docente.
Los profesores de Geografía e Historia lo tenemos relativamente fácil. Yo le doy un tratamiento curricular siempre. Nunca dejo un tema sin abordar la situación de las mujeres.
Además procuro trabajar en la tutoría transversalmente cualquier tipo de conflicto en el aula o fuera de ella que nos dé pie a reflexionar sobre la desigualdad de género.


¿Crees que el machismo está inserto en la sociedad de una manera que no comprendemos la mayoría? ¿Cómo podemos contrarrestar su efecto como docentes?
Yo no sé si la mayoría lo comprende o no, pero nosotros somos docentes y deberíamos hacer un esfuerzo por acabar con ideas y prácticas que redundan en la desigualdad por razón de género (o por razón de color o discapacidad). Hay experiencias de trabajo muy interesantes, como a través de la música y los vídeos que gustan tanto a nuestros alumnos, realizar un análisis de los contenidos que sirva para desenmascarar el papel sumiso que se otorga a las chicas, o el rol dominante a los chicos… De nuevo apelaría a la imaginación de los docentes para buscar formas de abordar didácticamente una realidad que causa tanta discriminación y dolor.


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Por la igualdad de oportunidades


¿Es el machismo parte de un conjunto de defectos que se están intensificando con el desarrollo de las malas prácticas con las Tecnologías de la Información y la Comunicación?
Tengo poca información al respecto y no he reflexionado seriamente sobre ello. Si te refieres a que a través de internet llega mucha información inadecuada, tal vez sí, pero también permite, con una buena orientación, abrir ventanas a otros mundos y otras ideas muy positivas. Lo malo es que parece que los mayores carecemos de tiempo para los jóvenes y que pasan demasiado tiempo solos con sus móviles…


¿Estoy equivocado o nuestro centro tiene una biblioteca importante y desaprovechada? ¿Se podría aprovechar, teniendo en cuenta el Plan de Fomento de la Lectura, o los libros se están olvidando frente a las pantallas?
Sí, nuestro centro tiene una gran biblioteca muy infrautilizada. Al parecer su uso más habitual es como área de estudio. Pero, como siempre, para cambiar algo se necesita gente que desee cambiar y un proyecto interesante (talleres con autores, recitales, certámenes, fiestas literarias…)
Por otra parte, leer a través de una pantalla no es malo en sí. El problema es desear más hablar, jugar o bromear que leer. Trabajar para inculcar el placer de la lectura es otra cosa. Las aulas son espacios bastante inhóspitos, francamente, cuando podrían ser más agradables, con rincones para diferentes tareas, incluyendo rincones para la lectura. Deberíamos aprender de algunas aulas de primaria, donde se hacen cosas divertidas y creativas al respecto.


¿Crees que la formación previa de un docente pasa una base sólida que no se debe pasar por alto? ¿Cómo sería esa experiencia ideal o base sólida?
La formación de los maestros es, en ese sentido, bastante más completa que la de los profesores de secundaria. Un máster es poca cosa para adquirir una sólida formación pedagógica tal y como está planteado. Creo que aquellos universitarios que van a optar por la educación deberían hacer al menos un curso completo de prácticas en un centro y que se coordinaran tutores de máster y de centro con más rigor y no como el puro trámite que es ahora. De todos modos creo que el debate no está en absoluto cerrado, pero que habrá que abordarlo y cuanto antes mejor.
Después, una vez comienzas a trabajar en un centro, hay muy pocas posibilidades de formación en gestión e innovación, lo que perpetúa la frustración de bastantes docentes que, en otras circunstancias, podrían ofrecer mucha más calidad en su trabajo.
Un centro ideal no debería ser muy grande, los equipos de ciclo deberían ser estables y coordinar su labor al máximo. Los órganos colegiados deberían tener un mayor peso en las decisiones importantes que afectaran a la marcha del centro. Los jóvenes profesores podrían aprender de aquellos que tienen mayor experiencia. Mucho mejor que hacer grupos de apoyo, sería bajar la ratio y que algunos profesionales perdieran el miedo a trabajar simultáneamente en un aula. Y la formación permanente debería responder a proyectos de trabajo con alumnos y no exclusivamente a la formación individual para conseguir puntos y poder concursar en mejores condiciones u obtener complementos económicos.


¿Para qué sirve una entrevista? Háblanos de tu experiencia como entrevistadora.
Desde hace ocho años hago un programa semanal en radio San Vicente, l’Almàssera; es un programa variado, en el que hay diferentes secciones y donde hago de conductora a la vez que soy responsable de la sección Més que paraules, en la que entrevisto a personas de diferentes ámbitos. He hecho muchas entrevistas a gente muy diversa, como te podrás imaginar. Procuro preparar la entrevista informándome sobre la persona y el tema que le trae al programa. Ambas cosas son importantes, ya que conociendo a la persona entiendes su trabajo mejor. No siempre es fácil, aunque la mayoría de las veces te encuentras con personas apasionadas y generosas, así que la entrevista fluye como una conversación con naturalidad y el tiempo adquiere otra dimensión. Mi punto de vista es siempre el de aprender de los entrevistados y ayudar a la persona que nos escucha a entender mejor de qué estamos hablando.
La entrevista es también un gran recurso para los docentes. Es muy bueno que los jóvenes preparen y realicen entrevistas, ya que a través de la curiosidad que suscita la persona o el tema, se puede reflexionar mucho y llegar a conclusiones interesantes.
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Con parte del equipo de L’Almàssera y nuestra invitada de esa noche, Anna Dèlia Tarrès, en el estudio de ràdio San Vicente


Un consejo o algo que deba saber un entrevistador que se inicia en esto sería...
Que todo el mundo tiene una historia que contar, sin excepciones. Y que escuchar es una de las formas más hermosas de aprender.


La verdad es que hemos visto varias facetas en tu carrera: profesora, escritora, inspectora, activista de Escola Valenciana, radiofonista, entrevistadora… ¿Algo más que nos hayamos dejado? ¿Alguna afición que quede para el tiempo restante?
Organizo lo mejor que puedo mi tiempo. No duermo demasiado, así que tengo algunas horas de ventaja, je, je. Pero me encanta leer, hacer yoga y cocinar me relaja muchísimo. Y, por supuesto, estar el mayor tiempo posible con la gente que quiero y que me quiere, charlando y disfrutando de una buena terraza (junto al mar si es posible).


¿Cómo podemos aprender de otros compañeros docentes? ¿Cuál es el método?
Como suele decirse, “cada maestrico tiene su librico”. En el mío dice que hay que trabajar con tus compañeros, respetar el trabajo bien hecho, observar y pedir ayuda a la gente dispuesta a dártela, que, por suerte, suele ser muchísima entre los docentes. Y reconocer en voz alta la valía de los demás, siempre.


Gràcia, mi gratitud por tu generosidad y tu tiempo.
Gracias a ti, Juan, por darme esta oportunidad de reflexionar sobre nuestro complicado trabajo. Vamos tan deprisa que de vez en cuando necesitamos un pequeño respiro y un poco de charla.


La historia profesional y académica de Gràcia Jiménez es larga y variada, de lucha y reflexión, más merecedora de un documental fílmico que de una entrevista bloguera. A mí me ha enganchado. ¿Aceptará una entrevista en vídeo? Ya veremos.



Obra literaria de Gràcia Jiménez Tirado
Ver entrevista en pdf.

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